jueves, 15 de mayo de 2008

Las Raíces de la Crisis Ecológica

Conociendo a Gregory Bateson.
Entonces mi papá psicoanalista ortodoxo y que miraba un poco con recelo el resultado de mis talleres vivenciales allá por el año 92, me preguntó …. ¿cristy cómo son esos talleres que vos das? Y le fui contando y al poco tiempo me regaló un libro de conferencias de Bateson donde éste hablaba con su hija, editado por su hija después de fallecido él. Y así encontré otros libros de él y empecé a utilizar sus técnicas descubriendo su lucidez y su vigencia permanente. También descubrí con mucha alegría con el paso de los años, y de no tenerlo físicamente, como mi papá supo entender mis talleres. Cristina.
Las Raíces de la Crisis Ecológica[1]
Resumen: Se han presentado otros testimonios respecto de los proyectos de ley para afrontar problemas particulares de contaminación y degradación ambiental en Hawai. Se confía en que la Oficina de Control de Calidad Ambiental, cuya creación se propone, y el centro del Ambiente, de la Universidad de Hawai irán más allá de este enfoque circunstancial y estudiarán las causas más básicas del aluvión actual de perturbaciones ambientales.
El presente testimonio afirma que estas causas básicas residen en la acción combinada de a) el avance tecnológico; b) el crecimiento de la población, y c) la concepción corriente, pero equivocada de la naturaleza del hombre y de su relación con el ambiente.
Se llega a la conclusión de que los cinco o seis años próximos serán un período comparable al período federalista en la historia de los Estados Unidos en el cual habrá que debatir en su totalidad la filosofía del sistema de gobierno, la educación y la tecnología.
Proponemos:
1) Las medidas circunstanciales dejan intactas las causas profundas de la perturbación y, lo que es peor, por lo común permiten que esas causas se fortalezcan y se combinen entre sí. En medicina, aliviar los síntomas sin curar la enfermedad es prudente y suficiente si y sólo si se tiene la seguridad de que la enfermedad es terminal o se remitirá espontáneamente.
La historia del DDT ilustra la falacia fundamental de las medidas circunstanciales. En 1939 se descubrió que esa substancia era un insecticida ( y el descubridor ganó el premio Nóbel). Los insecticidas hacían falta : a) para aumentar la producción agrícola y b) para salvar a algunas personas, especialmente a las tropas que estaban en ultramar, de la malaria. En otras palabras, el DDT era una cura sintomática para problemas conectados con el incremento de la población.
Para 1950, los científicos sabían que el DDT era seriamente tóxico para muchos otros animales ( el conocido libro de Rachel Carson, Silent Spring, se publicó en 1962).
Pero entre tanto: a) se habían hecho grandes inversiones industriales para producir el DDT; b) los insectos a los que estaba destinado se estaban haciendo inmunes a él; c) los animales que normalmente comían esos insectos se estaban exterminando; d) el DDT permitía que la población mundial siguiera aumentando.
En otras palabras, el mundo contrajo una adicción a algo que otrora había sido una medida circunstancial y ahora sabemos que es un serio peligro. Por último en 1970 comenzamos a prohibir o controlar este peligro. Y todavía no sabemos , por ejemplo , si la especie humana, manteniendo su dieta actual, sobrevivirá al DDT que ya está en circulación en el mundo y seguirá estando presente los próximos veinte años, aun cuando se suspenda de manera inmediata y total su empleo.
Existe ya una razonable certeza ( desde que descubrieron cantidades significativas de DDT en los pingüinos de la Antártida) de que todas las aves que ingieren pescado y las que antes se alimentaban de los insectos que constituyen pestes , están condenadas a muerte. Es probable que todos los peces carnívoros contendrán pronto demasiado DDT para ser consumidos por los seres humanos y que ellos mismos se extingan. Es posible que las lombrices y los otros anélidos de la misma familia _ por lo menos en los bosques y otras áreas dispersas _ desaparezcan por completo, y el efecto que ello puede tener sobre los bosques nadie lo puede conjeturar. Se cree que el plancton de los mares profundos, ( del que depende toda la ecología planetaria) no ha sido afectado aún.
Tal es la historia de la ciega aplicación de una medida ad hoc, y esa historia puede repetirse en lo que hace a una docena de otros inventos.
2) La coordinación propuesta entre reparticiones del gobierno estadual y de la universidad tiene que dedicarse a diagnosticar, comprender y , si es posible, sugerir remedios para los procesos más amplios de degradación social y ambiental en todo el mundo e intentar definir la política del Estado de Hawai en vista de esos procesos.
3) Todas las amenazas actuales, que son muchas, a la supervivencia del hombre, pueden rastrearse hasta llegar a tres causas raigales:
a) El progreso tecnológico;
b) El incremento de la población;
c) Ciertos errores en el pensamiento y en las actitudes de la cultura occidental: nuestros valores son erróneos.

Creemos que estos tres factores fundamentales son condiciones necesarias para la destrucción de nuestro mundo. En otras palabras : creemos optimistamente que la corrección de cualquiera de ellas nos salvará.
4) Estos factores fundamentales ciertamente interactúan. El incremento demográfico acicatea el progreso tecnológico y crea esa angustia que nos enfrenta con nuestro ambiente como si fuera un enemigo, en tanto que la tecnología facilita el incremento de la población y conjuntamente refuerza nuestra arrogancia o hübris frente al ambiente natural. Esta dinámica de la crisis ecológica se mueve como las agujas del reloj , lo que significa que es un fenómeno que se autopromueve (o, como dicen los científicos , es autocatalítico): cuanto mayor es la población , tanto más rápidamente crece; cuanto más abundante es la tecnología de que disponemos, más acelerado es el ritmo de nuevas invenciones, y cuanto más creemos en nuestro “poder” sobre un enemigo hostil tanto mayor “poder” creemos poseer y tanto más desdeñable nos parece el ambiente.
El problema frente al cual se encuentran el mundo y Hawai es, sencillamente el de introducir en este sistema algunos procesos que funcionen en sentido contrario al de las agujas del reloj.
En las circunstancias presentes, el único punto de inserción para revertir el proceso parecen ser las actitudes predominantes respecto del ambiente.
5) Es imposible por el momento evitar nuevos progresos tecnológicos, pero es posible que se los pueda orientar en direcciones adecuadas.
6) La explosión demográfica es el más importante de los problemas que enfrenta el mundo actual. Mientras la población siga en aumento, tenemos que esperar la aparición de nuevas amenazas a la supervivencia, quizás a un ritmo de una por año, hasta que lleguemos a la situación extrema de hambre generalizada.
7) El primer requisito para la estabilidad ecológica es el equilibrio entre las tasas de nacimiento y de muerte. Para bien o para mal hemos alterado la tasa de mortalidad, especialmente mediante el control de las enfermedades epidémicas principales y de la mortalidad infantil. Siempre en cualquier sistema viviente ( es decir, ecológico) la acentuación de un desequilibrio genera sus propios factores limitativos como efecto colateral de ese desequilibrio. En el caso presente, comenzamos a descubrir las maneras que tiene la naturaleza para compensar ese desequilibrio: el smog, la contaminación, el envenenamiento con DDT, los desechos industriales, el hambre, la pérdida de control sobre la energía atómica y la guerra. Pero el desequilibrio ha ido tan lejos que no podemos ilusionarnos con la esperanza de que la naturaleza deje de compensarlo mediante una hipercorrección.
8) Las ideas que dominan nuestra civilización en el momento actual se remontan, en su forma más virulenta, a la revolución industrial. Se las puede resumir así:
a) Nosotros contra el ambiente.
b) Nosotros contra otros hombres.
c) Lo que importa es el individuo ( o la empresa individual o la nación individual)
d) Podemos tener un control unilateral sobre el ambiente y tenemos que esforzarlo por conseguirlo.
e) Vivimos dentro de una “frontera” en infinita expansión.
f) El determinismo económico es lago de sentido común.
g) La tecnología se encargará de arreglarlo todo.
Consideramos que estas ideas han quedado, lisa y llanamente convictas de falsedad por los logros, en última instancia destructivos, de nuestra tecnología durante los últimos 150 años.
También resultan falsas a la luz de la teoría ecológica moderna.
Los seres vivientes que luchan contra su ambiente y lo derrotan se destruyen a sí mismos.
9) Otras actitudes y premisas_ otros sistemas de “valores” humanos_ han gobernado la relación del hombre con su ambiente y sus prójimos en otras civilizaciones y en otras épocas.
En especial, la antigua cultura hawaina y los hawaianos de hoy no comparten la hübris occidental. Dicho con otras palabras, nuestra manera de vivir no es la única manera humana posible. Es concebiblemente cambiable.
10) Ese cambio en nuestra manera de pensar se ha iniciado ya en científicos y filósofos, y entre los jóvenes, pero no son sólo ellos hay millares de hombres de negocios y legisladores que desearían poder cambiar pero sienten que sería riesgoso o carente de “sentido común” el hacerlo. Los cambios proseguirán tan inevitablemente como el progreso tecnológico.
11) Estos cambios en el pensar incidirán sobre nuestra forma de gobierno, estructura económica, filosofía educacional y posición militar, porque las antiguas premisas están profundamente encarnadas en todos los aspectos de nuestra sociedad.
12) Nadie puede predecir qué nuevos patrones surgirán como consecuencia de estos cambios drásticos. Esperamos que el período de cambio se caracterice por la sabiduría y no por la violencia o el temor a la violencia. En verdad los objetivos últimos de este proyecto de ley son posibilitar esa transición.
13) Llegamos a la conclusión de que los cinco a diez años siguientes serán comparables al período federalista de la historia de los Estados Unidos. Hay que debatir nuevas filosofías de gobierno, educación y tecnología, tanto en el seno del gobierno como en la prensa pública, y especialmente entre los ciudadanos dirigentes.
Del libro de Gregory Bateson “ Pasos Hacia Una Ecología De La Mente” Año 1991. Editorial Planeta Argentina.
[1] Este documento fue un testimonio en nombre de la Comisión sobre Ecología, de la Universidad de Hawai, presentado en marzo de 1970 ante una Comisión del Senado del Estado de Hawai, en favor de un proyecto de ley. Este propiciaba la creación de una Oficina de Control Ambiental, en la administración pública, y de un Centro del Ambiente, en la Universidad de Hawai. El proyecto fue aprobado.